Ciberpunk V

La fiesta avanzaba a buen paso, en la macro-disco artificial construida en las afueras de la ciudad. La musica electronica y los acordes estimulantes aleatorios cumplían su función productora de endorfinas, y los clientes estaban contentos.

Sin embargo, Marta bailaba sin ganas, más sola que acompañada.
Media docena de hombres musculados y alterados genéticamente en mayor o menor medida se movían a su alrededor, buscando su mirada, su contacto casual, la promesa de un coito sin complicaciones…
Desde hace años, el cortejo tradicional había pasado de moda, y generaciones con bio-chips de comportamiento socialmente eficiente, y cuerpos prediseñados por catalogo, estremecían las pistas con sus poses de modelos y su falta total de emociones…

- Algún día llegará mi príncipe azul- , pensó la chica en ese momento, algo triste. Ella era de la vieja escuela. Seguía pensando en tener hijos por el proceso biológico, y rechazaba la idea de utilizar las fabricas de bebes probeta que tan bien funcionaban en la actualidad.
No , pensó. su hombre sería alguien especial. Algo más que un semental hormonado, con técnicas de ligue y patrones sexuales grabados con Programación Neuronal.
-Algún día vendrá mi caballero andante- , se repitió, en silencio.

Por ahora, ese día no había llegado, y la noche avanzaba, por lo que Marta rebuscó en su archivo virtual de códigos de acercamiento mientras seleccionaba el ejemplar biológicamente más interesante para su escala emotivo-sexual del momento.

La chica envió vía Hi-fi retinal la confirmación de solicitud de unidad coital al lóbulo frontal de un joven cercano, musculoso, con camiseta negra y con el cráneo rapado y pintado de azul. Una variante avanzada de la moda Chon mensual que había extendido el grupo Lo-Fuck a través de sus videos en los Media de la ultima semana.
El tipo sonrió apenas, mostrando sus dispositivos de luz-led y pavoneándose un poco frente a sus rivales en el ligue.
Finalmente, pegó el cuerpo al de ella, y empezaron a bailar juntos…